Atardecía cuando llegaron a aquel banco a las afueras de la ciudad.
- Lo prometido es deuda, ¿no?
Ella sonreía, expectante, con ojos de ver estrellas fugaces.
- Mira hacia allá, al parque. Ahora entrecierra un poco los ojos. -Ella seguía sin entender nada, pero seguía a pies juntillas las instrucciones de él.
Y apareció.
Por arte de magia.
La realidad se fue volviendo borrosa al cerrar levemente sus ojos y una sonrisa delatora le hizo entender a él que lo había conseguido.
- ¡Ahá! Ahí la tienes, te lo prometí: llevarte a ver una procesión de luciérnagas.
El atardecer se hizo corto entre abrazos y sonrisas y, una vez en su casa, ella comprendió que cada instante guarda una magia que normalmente no descubrimos. Desde entonces recordaría aquella tarde como la tarde de su primera procesión de luciérnagas.
9 comentarios:
Sencillamente genial
Gracias, Charlie. Y bienvenido.
Muy bonito todo: foto y texto
Guau. (L)
Adoro la canción, por cierto. Os sigo. ^^
MUAAAAAAAAAAAAÀ!
Te sigo vale? Haz lo mismo si te gusta mi blog :D por cierto, amo tus fotos :D
amigo-g, veo que proliferas en blogs como luciérnaga alrededor de luz eléctrica, eso me congratula.
(chapó por todas aquellas profesoras de literatura que tuvimos, las recuerdas??)
Gracias amigo JM-G, chapó por las profesoras, las literaturas y los amigos que nos animan a continuar.
En cuanto a este blog, la mitad es mío, la otra mitad de mi hermana, con vocación fotográfica y con el que pretendemos exprimirnos al máximo el uno al otro.
Un abrazo siempre.
Se me han puesto los pelos de punta :)
¿Procesión de luciérnagas? Simplemente: guau.
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