Había souvenirs de todo tipo. Sombreros, platos de cerámica, camisetas, pulseras, abanicos, postales… En la puerta de aquella tienda había expuestos, a modo de catálogo, infinidad de productos que llevar de recuerdo a los familiares y amigos que no les habían podido acompañar en aquel viaje. Su padre no acababa por decidirse y trataba de pedirle opinión. Él, sin embargo, miraba absorto a un punto al otro lado de la calle. Lo importante no estaba en la tienda. El souvenir más increíble que aún conserva de aquella ciudad fue una mirada tímida y cautivadora. Una mirada que le sorprendió desde la ventana de la casa de enfrente de aquella tienda donde pararon a comprar sombreros, platos de cerámica, camisetas, pulseras, abanicos y postales que luego repartieron. Él no se quedó con nada. Le bastó aquella mirada sin nombre, el misterio de unos ojos que nunca le pertenecieron.
Texto: Ciudadano B
Foto: Paula B.
P.D.: Disculpen la tardanza
3 comentarios:
Veo que llevas mucho sin escribir nada nuevo pero de todas formas este texto me gustó mucho :D
Te sigo ;)
me encanto!!!!! (L)
Preciosa fotografía y unas acertadas palabras para acompañarla. Gran combinación.
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